Saturday, December 24, 2016

Ferdinand de Saussure en su centenario

Ferdinand de Saussure
En este año que se va, entre otros centenarios, se ha celebrado el del Curso de Lingüística General, la obra fundamental del profesor suizo Ferdinand de Saussure, quien enseñó en la Universidad de Ginebra a finales del siglo XIX y principios del XX. En España no ha tenido gran repercusión, quizás por el empeño general por mostrar cuánto se ignora de Cervantes, en el gran centenario oficial; pero en el mundo de las lenguas románicas o latinas, especialmente en Francia, los actos académicos han sido significativos.
El Curso no se publicó en vida de su autor y no responde tampoco a una obra que éste dejara preparada. Lo publicaron sus discípulos, Charles Bally y Albert Sechehaye, quienes utilizaron las notas  de clase de Albert Riedlinger además de sus propias notas. Todo empieza por su definición del signo como un par, un conjunto binario formado por significante (o expresión) y significado (o contenido). La lengua es un sistema de signos. Esta definición va acompañada del concepto de valor. Cada signo se sitúa en relación con los otros signos del sistema, en un doble eje, el vertical o de las sustituciones, donde un signo puede sustituirse por otros intercambiables, que configuran paradigmas y el horizontal o de las sucesiones, donde un signo se combina con otros y forma unidades superiores, sintagmas y oraciones. Así, el signo libro puede ser sustituido verticalmente por cualquiera de los que conforman el paradigma del sustantivo no-marcado (mal llamado masculino) singular, como cuaderno, perro, volumen, conflicto, etc.; pero esa sustitución se restringe por las capacidades combinatorias sucesivas que conforman el sintagma: es posible El cuaderno /perro /volumen /conflicto está sobre la mesa; pero no en todas las oraciones es posible realizar esa sustitución, por las restricciones sintagmáticas, que seleccionan. Es posible intercambiar cuaderno /volumen /conflicto en el cuaderno está abierto en tu mente; mientras que sería mucho más difícil (aunque no estrictamente imposible) seleccionar perro para esa posición.
Desde De Saussure se establecen en los estudios lingüísticos varias dicotomías. En primer lugar la que opone el estudio del sistema lingüístico a lo largo del tiempo, diacronía, frente a su estudio en un punto temporal, sincronía. También se establece otra distinción que será fundamental en el desarrollo de otras disciplinas, como la Estilística: lengua, como sistema, se opone a habla, como realización de ese sistema en momentos concretos por hablantes concretos. El resultado fue una obra que produjo un cambio sustancial en los estudios de la lengua. De Saussure era un lingüista histórico, con relevantes publicaciones en el ámbito del indoeuropeo y teorías ampliamente aceptadas. Sin embargo, el CLG supuso el inicio del predominio de la lingüística sincrónica sobre la diacrónica. No tanto porque De Saussure lo formulara de ese modo, sino porque el contenido del libro cambiaba por completo la perspectiva. El estudio del sistema, las dicotomías y la distinción del significante y el significado, que se articularán como expresión y contenido, serán la base de la lingüística estructural, que, a su vez, producirá la reorientación de otras ciencias, como la Antropología, dando origen a una Antropología estructural, de gran éxito .
Eugenio Coseriu
Se ha dicho que De Saussure era un pensador válido hasta la irrupción de Noam Chomsky y la gramática generativa en los Estados Unidos. Quizás eso sea aceptable para algunos generativistas (los “hombres de un solo libro”); pero no fue así ni siquiera para Chomsky, en quien se diferencia el De Saussure que define los conceptos de lengua y habla, de su interpretación estructuralista. Se niega la segunda, no el primero. En todo caso, el mundo no se limita a la gramática generativa, grandes lingüistas como Hjelmslev, Coseriu o Greimas en Europa y Bloomfield en los Estados Unidos tuvieron y reconocieron una influencia fundamental saussureana. De los cuatro, el pensamiento de Coseriu mantiene su prestigio y su fuerza en buena parte de la lingüística centroeuropea e iberoamericana y se muestra más activo en esta segunda década del siglo XXI que el generativismo.
Emilio Alarcos
Además, el Curso expone principios que se desarrollan y aplican en corrientes muy actuales de la Lingüística, como ocurre con el de variación. Su idea de la Lingüística permitía construir una ciencia en la que la variación y la dinámica inherente al cambio hubieran tenido su lugar. Ello es posible porque la variación se sitúa en el campo de las relaciones entre signos y formas simbólicas. En esas relaciones el habla corresponde a representaciones irrefutables y singulares (de ahí su importancia en la lingüística de corpus). La lengua, por su parte, reúne dos condiciones, por un lado es teórica, estable, repetible y por otro es histórica y social. Cada acto de habla es único; pero la lengua que hablamos es un objeto histórico, sujeto al cambio, se puede definir como “una estructura en su historia” (así lo he propuesto en varias publicaciones). El habla, por su parte, implica un cruce de normas, puesto que es preciso establecer un consenso para la comprensión. La norma, en la clásica definición de Coseriu, es simplemente el resultado del consenso de los hablantes sobre lo que todos ellos comparten del sistema. Por ello la dicotomía lengua/habla tiene interés central en la Semiótica, la ciencia del significado o contenido de los signos de cualquier tipo. En Semiótica, como señaló oportunamente Emilio Alarcos, no sólo se debe hablar de “unidades distintivas”, que operan en la expresión, como los fonemas, o de “unidades distinguidas”, es decir, de aquellas diferenciadas por los hablantes en la relación entre expresión y contenido, como los monemas, sino de “unidades distintas”, las que se diferencian estructuralmente, sólo en el contenido, como una posible tercera articulación del lenguaje. El desarrollo de este último tipo permite una ampliación de la metodología estructuralista a otros campos de las Humanidades, como el Arte o la Música, cuya expresión no es fonemática. Esta posibilidad de desarrollo de formas simbólicas a partir de la dicotomía lengua /habla es la que se refleja en filósofos contemporáneos como Merleau-Ponty, de un modo que recuerda algunos supuestos de Guillermo de Humboldt, al diferenciar las actuaciones del lenguaje de la actividad de éste.
Guillermo de Humboldt
Una consecuencia, quizás no deseada por De Saussure, ha sido el desarrollo de una terminología lingüística que, además, ha pasado a los manuales escolares, donde no siempre se tiene en cuenta el valor relativo de los términos. De Saussure, no se olvide, era extremadamente crítico con la terminología, pues para él los términos que pretendían expresar los conceptos científicos eran inexactos y confusos. Su ambición fue completar una ciencia unificada del lenguaje, concebida como un marco en el que se pudiese situar cualquier teoría lingüística. El tiempo, lamentablemente, no le alcanzó y su proyecto quedó así incompleto, aunque en la línea de la necesidad de esa concepción total, que otros pensadores han intentado, sin que hasta ahora se haya conseguido lograrlo. Conviene, por ello, repetir la célebre cita de Heráclito: “en el mismo río nos sumergimos y no nos sumerginos, pues somos y no somos [los mismos]”:  ποταμοῖς τοῖς αὐτοῖς ἐμβαίνομέν τε καὶ οὐκ ἐμβαίνομεν, εἶμέν τε καὶ οὐκ εἶμεν.



Este texto obedece a una sugerencia de Jorge Urrutia y se terminó de escribir en la Nochebuena de 2016, con la intención de compartir una reflexión con las personas de buena voluntad. 2017 se presenta con grises nubarrones, que sólo con un fuerte espíritu de Fraternidad no producirán tormentas. Es preciso mantenerse firmes en la defensa de los derechos de las personas a un trabajo digno, a una educación y una sanidad para todos y a encontrar refugio donde reposar de sus cuidados y persecuciones. Sólo así se logrará comprender el alcance de la dimensión humana y seremos capaces de una ciencia unificada.





Felices Pascuas y Venturoso 2017      
Merry Christmas and a Happy 2017
Nizhonigo Keshmish Baahózhó Doo Nínanahí
آﭘﮑﻮ ﺑﮍﺍ ﺩﻥ ﺍﻭﺭ ﻧﻴﺎ ﺳﺎﻝ ﻣﺒﺎﺭﮎ ﮨﻮ


Wednesday, November 9, 2016

Consecuencias lingüísticas del "trumpazo"

A las 2:45 de la mañana de este miércoles 9 de noviembre de 2016 se produjo un hecho que hay que leer como demostración del valor de la democracia: la Sra. Clinton llamó al vencedor de las elecciones presidenciales norteamericanas para reconocer el resultado. El sistema político continúa, aunque parece claro que se presentan muchos cambios en las actuaciones concretas y que esos cambios van a afectarnos a muchos que hubiéramos deseado otro resultado y que tendremos que defender posiciones y puntos de vista que deben pervivir, a la espera de una oportunidad futura. Desde el punto de vista lingüístico, que es el que nos concierne aquí, conviene dibujar un primer marco social, para encuadrar la situación de lenguas y hablantes en la nueva presidencia de los Estados Unidos.
La tradicional confusión hispana de la realidad con los deseos había dibujado un panorama en el que los latinos se configuraban como los determinantes del futuro político de los EUA, los grupos de presión hispanos se preparaban para ir ocupando nuevos puestos y establecer influencias y territorios nuevos. Las listas de latinos que se suponía ocuparían puestos de responsabilidad, patrocinadas por instituciones como el Latino Victory Project o la National Hispanic Leadership Agenda, pasarán a papel mojado. Las perspectivas económicas y los contratos anhelados por grupos latinos siguen en el terreno virtual. Lo que ocurre es que la conjunción de votantes no blancos sumados a los blancos que estamos por la Fraternidad junto a la Libertad y la Igualdad ha tenido que ceder ante el voto blanco conservador, mayoritariamente basado en niveles medios y bajos de renta y de educación: el voto de la América oculta que se ha cansado, al parecer, de un sistema que sólo contaba con ellos pasivamente.
1) Territorio de las trece colonias originales; 2) Territorios anexionados 
en 1773;  3) Territorios adquiridos a Francia en 1803 y anexión de 
Florida en 1812; 4) Colonización del Noroeste; 5) Territorios 
incorporados en 1848 tras el tratado de Guadalupe Hidalgo 
con México; 6) Rectificación de fronteras en 1854 tras la compra 
de La Mesilla. Las cifras indican la fecha de constitución de los 
Estados de la Uniónmarcados con trazos finos.
Si esa actitud pasiva permanece, seguirán valiendo las constantes: los Estados Unidos no tienen una lengua oficial. El principio que rige la atención al ciudadano, en español y en otras lenguas, está marcado por un conjunto de disposiciones legales de diverso rango, que deben enfocarse como justificación legal de traductores e intérpretes. Dos de esos principios se encuentran en las diez primeras enmiendas a la Constitución de los Estados Unidos, es decir, forman parte de uno de los principios jurídicos fundamentales, el Bill of Rights. Las enmiendas a la Constitución que recogen estos derechos son la quinta, la sexta y la decimocuarta. La quinta enmienda se refiere a los derechos de los procesados e incluye el debido proceso legal, que se interpreta como la posibilidad de entender las acusaciones que se le formulen y poder exponer en su propia defensa. Aunque la enmienda no lo diga explícitamente, la consecuencia es que cuando el procesado no puede hacerlo en inglés, el Tribunal debe proporcionarle servicios de traducción e interpretación. El espíritu de la quinta enmienda se explicita en la sexta, en la cual se aclara lo que significa la presencia del procesado en el procedimiento legal. Por presencia se entiende, además de la presencia física, el acceso al conocimiento directo de los procedimientos, para a) colaborar en la propia defensa mediante la participación activa, b) recibir ayuda de los abogados y ayudarlos también, con datos e informaciones completas y comprensibles, 3) confrontar las declaraciones de los testigos del fiscal, con derecho al interrogatorio de la defensa y 4) renunciar a estos derechos constitucionales de modo consciente, inteligente y voluntario. Evidentemente, para hacer lo anterior es preciso disponer del correspondiente acceso lingüístico, lo que de nuevo implica la presencia de traductores e intérpretes en los tribunales; pero también la necesidad de que las pruebas que se presenten hayan sido debidamente traducidas para que el acusado pueda comprenderlas. Esas exigencias en la aplicación de la Ley benefician también a los residentes legales, aunque no sean ciudadanos en el sentido estricto. Esta extensión es la que se recoge en la decimocuarta enmienda. Hay, naturalmente, otras bases legales de carácter internacional, como la Declaración de los derechos humanos o los Derechos de mujeres y niños, firmados por todos los países miembros de las Naciones Unidas, o la Convención de Ginebra.


La Ley Federal de Derechos Civiles (Civil Rights Act) publicada el 2 de julio de 1964 (Pub.L. 88-352, 78 Stat. 241, July 2, 1964) fue el paso definitivo hacia el reconocimiento de los derechos de las minorías y contra su discriminación. El título VI merece destacarse, porque ha sido la base que ha permitido sostener los esfuerzos de los servicios públicos en español: impide la discriminación por organismos (agencias) del Gobierno que reciban financiación federal. Si se demuestra que uno de estos organismos ha violado el título VI, puede perder la financiación federal. En el futuro inmediato está previsto intensificar el recurso a él por los pacientes de hospitales, que reciben buena parte de sus fondos del gobierno federal, puesto que así se explícita (42 U.S.C §§ 2000d - 2000d-7, TITLE 42 - The Public Health and Welfare, SUBCHAPTER V - FEDERALLY ASSISTED PROGRAMS Sec. 2000d.):  “prohibición contra la exclusión de la participación o la denegación de beneficios y la discriminación en el marco de programas con financiación federal por razones de raza, color o nacionalidad originaria”.  El concepto de “nacionalidad originaria” es el que más importa aquí, puesto que se entendió desde el principio que lleva implícito el de diferencia lingüística y, por tanto, conocimiento limitado de la lengua inglesa. Otras series de decretos y normas han ido regulando distintos aspectos, como la actuación de traductores e intérpretes en los tribunales. La última gran mejora de la atención lingüística se promulgó en 2000, mediante un decreto del presidente Bill Clinton (Presidency of the United States, Executive Order 13166, ‘Improving Access to Services for Persons with Limited English Proficiency,’ August 11, 2000)[1]. En la sección primera, al definir sus propósitos, se afirma que “El Gobierno Federal proporciona y financia un conjunto de servicios que pone a disposición de personas que podrían ser beneficiarias de ellos, pero que no son competentes (proficient) en la lengua inglesa. El Gobierno Federal se compromete a mejorar el acceso a estos servicios para las personas con competencia limitada en inglés" (las siglas en inglés son LEP, “limited English proficiency”). El Gobierno hace explícito al mismo tiempo que este compromiso va unido al desarrollo de programas para el aprendizaje del inglés. Importa destacar que lo que se resalta es el acceso de todos a los servicios que las instituciones o agencias federales ofrecen, independientemente de su competencia lingüística, es decir, en plena coherencia con el espíritu de las disposiciones sobre la traducción y el uso lingüístico que se han ido presentando.

En suma, los ciudadanos y residentes de los Estados Unidos están protegidos por una legislación lingüística rica y compleja. Hasta hace poco, el público no ha tenido una conciencia clara de ello. Cada vez más, se invierte esta situación, los afectados recurren más y las instituciones se cuidan cada vez más de ofrecer este servicio público. Esta protección se apoya, sobre todo, en el gobierno federal. Tras las elecciones de 2016 el nuevo gobierno republicano controla las dos cámaras y tiene además la posibilidad de completar a su gusto los nombramientos pendientes del Tribunal Supremo, lo que llevaría la tesis de los tres poderes a sus límites teóricos. Las consecuencias sobre las lenguas distintas del inglés pueden ser grandes.

El traje zoot, la cadena y el sombrero, junto al carro y
la chava expresan perfectamente la estética del pachuco
como zoot-suiter.  El anuncio es actual y los productos
pueden adquirirse hoy. Nótese que la lengua es el inglés.
Sesenta y cinco organismos federales, más las Fuerzas Armadas y las Agencias de Seguridad, que tienen sus programas lingüísticos, hacen que el número de organizaciones federales que ofrecen servicios lingüísticos en español sea muy elevado. Considérese también, de todos modos, que estos servicios se suelen ofrecer de manera incompleta. Cuando se accede a los portales de internet de muchas de estas organizaciones, puede ocurrir que sólo una parte de la información esté en español y se advierta de la que sólo se encuentre disponible en inglés. Todas las agencias federales y estatales tienen portales de atención al ciudadano. Las listas completas están disponibles en www.usa.gov/gobiernousa/Agencias/index.shtml (federales) y https://gobierno.usa.gov/agencias-estatales (estatales y locales). Aunque a veces los portales son plurilingües y ofrecen su información en lenguas como el chino o el árabe, lo habitual es que las dos lenguas empleadas sean el inglés y el español. Esta preferencia lingüística es general y se refleja en todo tipo de actividades, como, por ejemplo, la campaña contra el manejo de automóviles en estado de ebriedad. Para ayudar a elevar el conocimiento sobre la campaña, el Congreso de los Estados Unidos aprobó para la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras (NHTSA, por sus siglas en inglés) la suma record de catorce millones de dólares para producir anuncios de ámbito nacional y colocarlos en programas nacionales de radio y televisión en español e inglés para que estos coincidan con la Campaña Nacional para Tomar Medidas Drásticas Contra los Conductores Ebrios. Volviendo a internet, muchos de esos portales bilingües, sin embargo, ofrecen en español la página de entrada y luego advierten que algunas de las informaciones sólo están disponibles en inglés, de manera que, cuando se entra en ellos hay que estar preparado para encontrar el camino clausurado un poco después.

Parada cardíaca
Frente a la actitud del gobierno federal en apoyo de los derechos lingüísticos de las minorías, los estados han tomado, mayoritariamente decisiones contrarias, a favor del inglés como lengua oficial. Son ya treinta y dos los estados que reconocen el inglés como lengua oficial y, lo que es significativo, en la historia del proceso o al frente de organizaciones como U.S. English Only hay nombres como S.I. Hayakawa o Mauro E. Mujica, lo cual conforma una senda ininterrumpida de lo que técnicamente se conoce como "deslealtad lingüística". La campaña electoral republicana se ha caracterizado por un uso constante y dominante del inglés en todas sus manifestaciones o, cuando se ha producido, el empleo de un español ajeno a toda norma o consideración cultural. La postura del nuevo presidente quedó clara en la campaña cuando exigió a su contrincante republicano Jeb Bush "dar ejemplo y hablar en inglés mientras esté en los Estados Unidos". Aunque personalmente estoy convencido de que las cifras de 53 millones de hablantes de español en los Estados Unidos que se citan por organismos oficiales españoles incluyen a los que sólo saben decir "muchos grasias, no hay poblema", también lo estoy de que el español, frente a otras avispadas opiniones, sí tiene nietos en este país, por lo que la actitud del gobierno federal afectará las vidas de millones de personas durante varias generaciones. Todos ellos quieren seguir hablando una lengua internacional que forma parte de sus raíces. El tiempo dirá si la pesadilla no ha hecho más que comenzar o si se impondrá el sentido común.

Los interesados en estos temas pueden también leer:
"Consecuencias lingüísticas del Brexit"
y, para algunos aspectos relacionados, de la serie de los mitos:
Algunas realidades del español de los Estados Unidos de América

 


[1] Este decreto, típico de la imagen ejecutiva norteamericana, está firmado “a bordo del Air Force 1”, el avión presidencial: el Presidente no descansa.

Wednesday, October 5, 2016

La ciencia recobra manuscritos perdidos

La Biblioteca Apostólica Vaticana
Cuantos hemos disfrutado de esa oportunidad recordamos la emoción que sentimos cuando tuvimos en nuestras manos el primer manuscrito y el temor reverencial con el que casi ni nos atrevíamos a tocarlo. Aunque luego hayan pasado muchos por nuestras manos, esa relación afectuosa ha pervivido y siempre sentimos un gran placer cuando volvemos a las bibliotecas que más frecuentamos o cuando entramos en una biblioteca nueva y nos disponemos a disfrutar de ese paraíso abierto a pocos. Las técnicas informáticas han contribuido a difundir las imágenes y los contenidos de los manuscritos y a veces se leen mejor en la pantalla que en el original, por las múltiples posibilidades del tratamiento de la imagen; pero siempre parece que nos falta algo, si no tocamos el ejemplar. No sólo nos pasa a los filólogos, también es normal para cualquier persona que se acerque al libro con curiosidad y respeto. Los bibliotecarios, a veces, han de ejercitar el ingenio para quedar bien y salvar el libro. Una gran biblioteca, cuyo nombre no revelaré, posee una hoja del primer libro impreso, la Biblia de Gutenberg. Entre la imposibilidad de negar a los visitantes el contacto con ese folio y la certeza de que cientos de manos encallecidas y desacostumbradas acabarían con el tesoro en poco tiempo, la solución fue disponer de unos cuantos facsímiles de esa página, que se hacían pasar por el original y que, por supuesto, no podían ser detectados por los curiosos. Cuando la hoja facsímil se estropeaba, se sustituía por otro ejemplar. Y es que la historia del libro está llena de desgracias y catástrofes: los grandes incendios se han llevado por delante ejemplares únicos, en Alejandría, en Pompeya, en Roma, en El Escorial, entre otros muchos lugares. Los cambios de letra y la vejez de los textos han propiciado que sus hojas se utilizaran para encuadernar o reforzar encuadernaciones. Las inundaciones (es difícil decidir si es peor el agua que el fuego) han dejado ejemplares con páginas pegadas, que se destruyen si se abren. Y, además, el papel químico que se va degradando con el tiempo hace que, al abrirlos, ciertos libros se conviertan en polvo.
Biblioteca de Leiden
¿Cómo se pueden recuperar las hojas de un libro antiguo que forman parte de la encuadernación de uno posterior? ¿Cómo se puede leer un libro cerrado? ¿Cómo ver el contenido de un rollo quemado por las cenizas volcánicas del Vesubio en Pompeya o Herculano y que forma una masa grisácea negruzca? A veces es milagroso que se hayan conservado tales muestras a todas luces inútiles y que, sin embargo, ahora podrán ser leídas y dentro de muy poco revelarán todo su contenido y seguramente nos obligarán a cambiar algo de lo que suponíamos saber sobre un texto, un autor, una historia o todo un género.
Fragmento bajo el lomo
Empecemos por lo que parece más sencillo: al encuadernar un libro se han utilizado con frecuencia fragmentos y hojas enteras de pergaminos, bien porque estaban viejos, bien porque estaban escritos en una letra que ya no se leía o simplemente porque parecían irrelevantes, por haber sido sustituidos por copias “mejores” tras la invención de la imprenta.  A veces la cubierta de una de esas encuadernaciones se rompe y deja ver los tesoros ocultos, o hay que repararla y se separan las partes anteriores; pero hay miles de libros encuadernados que no se pueden ir deshaciendo y reencuadernando uno a uno para comprobar si en su encuadernación hay fragmentos anteriores. No sólo se usaban los fragmentos de manuscritos viejos para la encuadernación, también servían como refuerzo en telas, por ejemplo, en vestiduras de imágenes religiosas, que necesitan piezas y junturas más resistentes. El pergamino, a fin de cuentas, es piel. Hay por fin una solución para recobrar esos fragmentos sin romper la obra en la que se insertan: la espectrometría por fluorescencia de macro-rayos-X. La técnica se originó para aplicaciones médicas, como la identificación de lesiones precancerosas actínicas y los carcinomas de células basales. Un fotosensibilizador se concentra en las células tumorales, la cámara detecta la brillante fluorescencia roja del tumor y se aprecia la diferencia entre células sanas y tumorales.  El paso siguiente fue aplicar ese procedimiento utilizando los macro-rayos-X en lugar del fotosensibilizador, para detectar los distintos productos químicos usados en la pintura de una obra de arte. Desde ahí se pasó a los manuscritos y, por el momento, la derivación lleva a la posibilidad de penetrar en el interior de las encuadernaciones y descubrir qué otros elementos de distintos tipos, texturas y compuestos químicos hay debajo. Los rayos-X permiten ir separando virtualmente distintas capas, que se pueden entonces leer por separado, como si fueran hojas sueltas. La cámara, que se coloca encima de una mesa, puede ser tan cómoda como 50 cm × 25 cm × 25 cm.
Espectrroscopio de mano
La espectroscopia, técnica muy conocida que permite “mirar” a través de distintas capas de un objeto, es la solución perfecta y cada vez más barata para leer libros cerrados. Puede haber muchas razones para que un libro no pueda abrirse y, desde luego, no se abrirá si ello comporta su destrucción; pero ahora ya no hace falta. La espectroscopia THz (tera-hercios) en el dominio del tiempo es la solución. Los THz constituyen una banda del espectro espectro-magnético que se sitúa entre las microondas y los rayos infrarrojos (entre los 100 GHz y los 30 THz). En los 80 se usó para técnicas de detección y ciertos tipos de láseres. Un láser ultracorto es el medio que genera el haz electro-magnético. De usos tan variados como la medición de contenido de vapor de agua en el ambiente hasta la lectura de libros cerrados, el desarrollo de esta técnica permitirá recobrar cuanto se ha podido conservar después de inundaciones y otros desastres cuyo efecto para los libros ha sido la imposibilidad de separar sus páginas.
Rollo de papiro de Herculano
Las dos técnicas anteriores son valiosas y tienen un aprovechamiento inmediato; pero probablemente ninguna es tan llamativa como la que permitirá dentro de poco leer un rollo carbonizado por un incendio o una erupción volcánica, siempre, naturalmente, que se haya conservado exactamente como lo dejaron el fuego o la ceniza. Hace casi dos mil años el volcán Vesubio, en el golfo de Nápoles, sepultó en cenizas las ciudades de Pompeya y Herculano. La única biblioteca del mundo antiguo que ha sobrevivido hasta hoy (aunque con sus textos chamuscados) se encontraba en Herculano y quizás pertenecía a un patricio romano aficionado a la filosofía epicúrea: Calpurnius Piso Caesoninus, suegro de Julio César. La tomografía de contraste de fase de rayos-X permite al equipo del Consejo Nacional de Investigación de Nápoles diferenciar la tinta negra del negro del papiro quemado por la diferencia en cómo los dos materiales refractan los rayos-X. Uno de los textos estudiados sigue enrollado, el otro fue aplastado por la explosión. Lo conseguido hasta ahora puede parecer poco, si se considera en términos absolutos: letras, palabras; pero la investigación no parará ahí y el futuro deparará nuevos desarrollos y nuevos descubrimientos. Nuevos campos se abren al conocimiento filológico.
Una pregunta que hago a mis alumnos, aunque no es invención mía, sino tomada de alguna parte que ya no recuerdo bien, quizás de un programa educativo de Holanda, es ¿en qué medida piensa usted que sus estudios y su capacidad le permitirán hacer algo nuevo en el objeto de su trabajo? Aunque me refiero especialmente a la Filología, la pregunta lleva a los alumnos a otras cuestiones sobre cómo se ven en el futuro de la ciencia. Dejan de sentir que todo está hecho y empiezan a darse cuenta de que todo será nuevo y que son ellos quienes estarán en ese nuevo modo de entender la realidad.

De libros se habla en otras páginas de este cuaderno, por ejemplo en:
De libros perdidos y recobrados: la colección Foulché-Delbosc
Robar libros en tiempos de herejes
Philip Levine (Detroit, 1928 – Fresno, 2015)
Alejandro de Humboldt, Ernst Harsch y el Libro de Alexandre
Identidades árabes y musulmanas en la obra de Miguel de Cervantes

Monday, August 29, 2016

El mito de la raza y la herencia

Por mi raza hablará el espíritu”. Desde 1920, en plena efervescencia de la revolución mexicana, éste es el lema de la UNAM, la Universidad Nacional Autónoma de México, creado por quien era entonces su rector, José Vasconcelos, quien explicó su significación en estos términos: “la convicción de que la raza nuestra elaborará una cultura de tendencias nuevas, de esencia espiritual y libérrima”. La idea de raza del ejemplo anterior no coincide con la acepción primera del diccionario académico de 1914, el entonces vigente: “Casta o calidad del origen o linaje. Hablando de los hombres, se suele tomar en mala parte”. En 1927 el segundo componente de esa primera acepción cambió a “Hablando de los hombres, se toma a veces en mala parte”, que pervivió tal cual, hasta la edición de 1956, que lo suprimió. Esa “mala parte” correspondía a la referencia a la sangre judía, es decir, a la condición de “cristiano nuevo”. La edición de 1956 reflejaba ya lo que ha sido desde entonces la línea permanente del trabajo académico, la interrelación entre todos los países hispanófonos, en la que se trataba de hacer patente lo que fuera común y marcar o suprimir lo que no fuera relevante en todo el dominio de la lengua española.
En 1920 el lema de la UNAM correspondía a una significación de raza distinta de lo que definía la Academia: lo que, para los latinoamericanos, especialmente entre México y el Paraguay, recibe el nombre de raza. En la Argentina no suele tener ese valor y tampoco en Chile, como no lo tiene en España ni en Guinea Ecuatorial. Se trata de un sustantivo que designa una percepción antropológica-cultural de la realidad, más que una diferencia étnica; pero que tampoco está totalmente exento de algunas implicaciones étnicas. Por ejemplo, en los Estados Unidos, entre 1929 y 1941, año de su entrada en la segunda guerra mundial, se produjo un cierre laboral de la frontera que se invirtió en 1941, cuando la guerra obligó a contratar mexicanos para trabajos que antes desempeñaban los ahora soldados. Una de sus secuelas fue la aparición del movimiento chicano. Además de las consecuencias culturales, como el Teatro Campesino, su repercusión en la música, el cine y los movimientos de reivindicaciones obreristas, en los que destaca el nombre de César Chávez, debe recordarse que no se trata de un movimiento reivindicativo de la lengua española, sino de ese concepto peculiar de raza. Los hispanos aceptan su no pertenencia al grupo white y reservan ese nombre (generalmente en inglés) para los anglosajones en particular y europeos en general: hispanics es una cosa y whites otra. Es más, el tercer grupo, black o, en la preciosa ridiculez de la “corrección política”, African-American, tampoco entran los negros hispanos, tan africanos y americanos, por lo menos, como los hablantes de Black-English.
Los Luceros, NM.
Armando L. Trujillo, en su libro Chicano Empowerment and Bilingual Education, de 2011, definió la raza, en su glosario, en dos sentidos. El primero, restringido, es el uso chicano, en que se trata de una distinción de base étnica con el sentido de “uno de los nuestros”, subrayando la pertenencia a un grupo autodelimitado. En un segundo uso, más amplio, se trata de “todos los pueblos de las Américas con algunas raíces culturales españolas” (el texto dice Spanish, lo que hace pensar si no sería mejor traducirlo, en este caso, por hispanas). En los Estados Unidos los chicanos vinculan la raza a la reclamación de Aztlán, el mítico territorio indio, ligado a los aztecas, que, por supuesto, nunca estuvieron, a lo largo de su historia, en la mayor parte de él. También hay que tener en cuenta, para explicar cómo la distinción se ha conservado después de más de ciento cincuenta años, que el grupo chicano se mantiene como un grupo étnicamente diferente porque los contactos con los anglos han tenido lugar a través de las líneas de clase: en un lado estaban los chicanos, como representantes del proletariado, y en el otro los anglos, como representantes de la clase media. Hay también una jerarquía en el trabajo, en la que los chicanos han ocupado tradicionalmente el nivel más bajo. Son factores propios de las sociedades en las que existen lo que se llama colonias internas y, como es natural, es una de las razones que explican por qué se puede encontrar una gran oposición, en ciertos padres, a que sus hijos reciban una educación bilingüe: quieren deshacerse del español, para que sus hijos, monolingües en inglés, puedan salir de la clase a la que se han visto reducidos los padres. 
San Francisco de la Espada, San Antonio, TX
En un primer momento la raza estaba vinculada también a la religión católica; pero este aspecto ha cambiado, incluso podría decirse, al menos para ciudades como San Antonio, Tejas, que los reducidos grupos que se pueden englobar como protestantes de confesiones menores pueden ser más activos en términos de la raza que los católicos, seguramente porque los católicos de San Antonio tienen también fuertes comunidades no hispanas (siro-libaneses maronitas, griegos, filipinos, italianos, germanos, ingleses e irlandeses) situadas predominantemente en el norte de la ciudad, es decir, en la zona tradicionalmente menos hispana. Esta localización también está cambiando en ésta y en otras ciudades, porque los nuevos inmigrantes mexicanos, de familias ricas y niveles culturales más elevados, se establecen en barrios nuevos, de rentas más altas e influyen, lingüísticamente, en el español de las escuelas, la exigencia de una educación bilingüe de mejor calidad y el refuerzo del español en las actividades de sus parroquias católicas. Estos nuevos inmigrantes no se consideran chicanos.
Entre 1967 y 1979, dentro del amplio movimiento social, especialmente estudiantil, se originaron repercusiones serias del movimiento chicano en el ámbito educativo. El incremento de la inmigración requería programas de enseñanza que tuviesen en cuenta a los hijos de esos inmigrantes. El programa Becas para Aztlán, diseñado para que estudiantes chicanos pudieran seguir estudios en México. Se creó como consecuencia de la preocupación de los líderes del Raza Unida Party (el Partido Raza Unida o, simplemente, el Partido) por tener especialmente médicos, investigadores y profesionales de las ciencias sociales en las crecientes comunidades hispanas; pero también y contó con financiación del gobierno de México.

El principal interés del partido se centró en conseguir el control de los municipios con suficientes votantes hispanos y de los distritos escolares, con el objetivo de desarrollar programas bilingües y biculturales. La idea del bilingüismo debe entenderse claramente en el sentido de que se pudiera utilizar el español, sin ningún tipo de pretensión cultural o normativa, sino como una medida de presión y diferenciación. Conviene no olvidarlo, porque explica el conocimiento insuficiente de muchos de los profesores de español en las escuelas de Tejas (y otros lugares, sobre todo del Suroeste) en la actualidad y el apoyo que recibe la idea del español de herencia, es decir, una variante lingüística limitada por su ámbito doméstico y sin fondo cultural más amplio. Naturalmente, la recuperación de ese español que es todavía parte de la vida familiar, generalmente de dos generaciones anteriores, sería un trabajo valioso; pero la pretensión de que tener una abuelita hispanohablante, per se, implica unas mejores condiciones para aprender el español no cuenta con ningún fundamento científico y, lo que es peor, puede llevar a posturas de rechazo de todo lo que se salga del propio pegujal. Esto tampoco quiere decir que todo sea desaprovechable. Si la abuelita, con su uso lingüístico de una lengua L, hace que el nieto adquiera una buena base fonológica en la lengua L (y no sucede así de modo regular), el nieto tendrá una ventaja en el aprendizaje de esa lengua L. Para ello han de darse unas ciertas condiciones de contacto, no es una condición metafísica. Si además se dan otros intercambios lingüísticos, en morfología, sintaxis o léxico, ya no se tratará de hablantes de herencia, sino de un bilingüismo limitado, de un tipo de variación. En la realidad, se está ampliando el uso del término español de herencia también a ese bilingüismo parcial, por razones diversas de carácter más social que lingüístico, de manera que acaba significando algo tan vago como “estudiante de español alguno de cuyos ascendientes directos habla español en casa”. 




Monday, July 25, 2016

Al-Andalus y España. Acercamiento.



D. Américo en su casa de la calle del Segre, Madrid, 1968
Hace cuarenta y cuatro años, casi a la hora en que se escriben estas líneas, un 25 de julio, día de Santiago, en una conversación con Revista de Occidente, a propósito de una publicación que ahora no recuerdo, me llegó, de golpe, la noticia de la muerte de don Américo Castro. Los años transcurridos no han restado nada a la sensación de dolor y pérdida, quizás al contrario: se echan mucho de menos en el mundo actual figuras de esa talla y esa gallardía. Durante cuatro años, del 68 al 72, aprendí de él directamente, puesto que, para un discípulo de Domínguez Ortiz, Orozco y Lapesa, el aprendizaje indirecto, por lecturas de su obra, era algo familiar desde mi Bachillerato granadino (donde disfruté la enseñanza de los dos primeros en el Padre Suárez) y los años de la Complutense. Durante todos estos años posteriores he tenido la sensación de que lo que Don Américo quería decirnos no era lo que sus corifeos proclamaban ni lo que sus detractores criticaban. Esa conciencia también me impide pretender ser el intérprete correcto de su pensamiento. Evitaré el error de querer meter un mar tan vasto en un recipiente tan chico. Sólo quisiera transmitir hoy algunas ideas sobre cómo veo Al-Andalus, gracias a él y a otros maestros y compañeros, tras más de cincuenta años de estudio y en qué me parece que conviene ser más ecuánime cuando se habla de España, porque “España” no es un término que haya tenido siempre la misma denotación, ni el mismo sentido. Estas ideas no serían las mismas sin esos cuatro años de trabajo constante con Don Américo, porque, como es natural, lo que había extraído de sus lecturas palidecía al contrastarlo con lo que resultaba de sus conversaciones o de sus cartas.
Hispania, siglo VI JC
Si, en beneficio del lector, se procede a  ordenar el contenido cronológicamente, lo primero que habría que registrar es la importancia del concepto de que “los visigodos no eran españoles”. Hoy día, los mayores conocimientos arqueológicos e históricos informan de que, en efecto, hasta después de la derrota de Vouillé a manos de los Francos, en 507, los visigodos no tuvieron ningún interés especial por trasladarse a Hispania. Estaban felizmente instalados en Tolosa (hoy Toulouse) y hasta el 517 no sintieron realmente que debían moverse al sur, si querían mantener su reino y posición. Hasta entonces, habían entrado en la Península Ibérica especialmente como aliados de los romanos, en lo que todavía era un resto del Imperio, habían luchado contra suevos, alanos y, sobre todo, vándalos, a los que expulsaron a África y habían tenido especial cuidado de no instalarse en Tarraco, la capital de la Tarraconense, sino en la mucho más pequeña y secundaria Barcino. Su proyecto de vida, su vividura, en uno de los términos castrianos claves, no era la construcción de “España”, sino el reino de los godos. Conviene retener este concepto, porque será uno de los fundamentales de los cristianos cuando inicien la Reconquista. Cuando se trasladan a Hispania ponen su capital en Toledo y siguen peleando contra los suevos en la Gallaecia y los bizantinos de la Sureste y parte de la Bética. Sólo unificarán el territorio en época de Suintila (624 JC). Es decir, la Hispania visigoda unificada no alcanzó los cien años de edad.
La conversión de Recaredo
A diferencia de los francos, que cambiaron el nombre de la Gallia en Francia y alteraron con su lingua theotisca o germánica la latina, hasta llevarla al francés, los visigodos habían realizado un largo recorrido por el imperio y eran hablantes de latín. Su uso de la lengua gótica, si existía, sería puramente residual, reflejado en topónimos o nombres de lugar y antropónimos o nombres de persona,  y quizás, litúrgico arriano. Porque otra diferencia importante es que los francos eran católicos y los visigodos arrianos, frente a los hispano-romanos, católicos, al menos hasta que en 587, con la conversión del rey Recaredo, se decretó el catolicismo como religión oficial. Estas cuestiones hoy día parecen secundarias para los occidentales; pero no lo eran en una época en la que la religión del rey era la religión del pueblo. Entenderlo así ayudará sin duda a comprender el cambio religioso que se produjo en el siglo VIII.
Mapa genético de Europa
La victoria de los francos tuvo también consecuencias al oeste de los Pirineos: empujaron desde Aquitania a Hispania a un pueblo hablante de euskera o vasco, que en su desplazamiento hacia el sur en el siglo VI invadió la tierra de los vascones y otros pueblos celtíberos, e impuso su lengua, el vasco. Puede dudarse de qué eran étnicamente, estos hablantes de vasco o euskaldunes; pero de lo que no se duda ya seriamente es de que el vascuence o euskera se instaló en la península en el siglo VI JC y no es, por tanto, una lengua prerromana. Estos movimientos de pueblos en el norte provocaron las consiguientes respuestas en Toledo, parece que el último rey visigodo, Rodrigo, se encontraba involucrado en esas acciones cuando se produjo la invasión musulmana.
El 711, después de algunas expediciones previas de saqueo, se produjo la entrada de los musulmanes en la Península Ibérica, la conquista y, progresivamente, la islamización de Al-Andalus. Muy poco después se inició el movimiento de oposición cristiana en el norte, con el ideal del reino de los godos, puesto que España < Hispania era un concepto sobre todo geográfico, que ha recibido el nombre tradicional de Reconquista. Los nombres denotan, gusten más o menos a los políticamente correctos o a los profesionales del rencor.
Los contactos entre las provincias romanas del norte de África: Mauretania Tingitana (Tánger, ár. Tingis y norte y centro de Marruecos), Mauretania Caesariensis (Argelia), Numidia (Argelia) y Africa (Túnez) habían sido constantes, especialmente desde finales del s. II a. JC, cuando todos esos territorios pasaron a depender del Imperio Romano y Cartago se fue constituyendo en el gran centro económico y cultural del occidente del Mediterráneo. La breve interrupción del reino vándalo de Cartago (429-534) no supuso una gran alteración lingüística, el latín siguió siendo la lengua de comunicación, enseñanza y cultura. Los bizantinos, que derrotaron a los vándalos en 534 y ocuparon parte del territorio occidental e Hispania, eran también hablantes de latín. Ceuta, de donde partió la invasión del 711, era una ciudad latina. Además del latín se hablaban otras lenguas, como el bereber; pero eso no es óbice para la consideración fundamental de que la lengua de contacto entre los musulmanes que invadieron Hispania el 711 y los hispanorromanos e hispanogodos que vivían en ella tuvo que ser el latín. Un latín ya tardío, con variantes afrorrománicas e iberorrománicas, por supuesto, pero fácilmente comprensible. Los bereberes llevaron este latín hasta la zona de la Bureba, al norte de Burgos, donde se encontraron con la frontera trazada por los invasores euskaldunes al norte y los hispanorromanos musulmanes de Zaragoza, los Banu Qasi, es decir Casii, descendientes del hispanorromano Casius. El único camino que les quedaba era el del oeste, el valle del Duero, y por allí se dirigieron hacia el Atlántico. En ese camino su afrorrománico se fue mezclando con el iberorrománico de sus vecinos del norte, su bereber y el árabe de las generaciones siguientes.
Piratas: fresco de Pompeya
Las expediciones de ayuda o de saqueo entre el norte y el sur del Estrecho de Gibraltar están bien atestiguadas desde épocas anteriores a la presencia romana y mucho más desde ese momento. Los restos epigráficos permiten tener la certeza de que se trataba de un trasiego constante. Es más, Tánger y el norte del Marruecos actual se unieron a la Bética en la administración del tardo Imperio, como una diócesis, es decir, una provincia. Cualquiera que haya cruzado esos escasos quince kms de mar en un día claro, de poniente o ábrego (el viento africano < africum) sabe que puede hacerse casi nadando.
Vat.Lat.12900 S. Pablo a los Gálatas, f. s. IX
Ni la instalación de los musulmanes, ni la unificación política de Al-Andalus, como se denominó, ni la arabización fueron tareas fáciles ni inmediatas. Los bereberes protagonizaron tantas revueltas que, el final, la conquista se completó con contingentes árabes, favorecidos por la instalación de los Omeyas, que habían sido derrotados por los Abasíes en Damasco. Hasta el siglo IX no se produjo una unificación de Al-Andalus suficientemente controlada y uniforme. Ese nuevo estado sólo puede comprenderse dentro de los parámetros del islam. La sociedad sostenida por el emirato y el califato omeya e inmediatamente después por los primeros reinos de Taifas, fue una sociedad musulmana y arabófona, como las de Marruecos, Egipto o Bagdad. En esta sociedad existía una minoría hispano-romana que mantuvo sus hablas latinas, su iberorrománico o romance andalusí, durante cierto tiempo, sobre todo hasta el siglo XI y quizás hasta el XII, como los afrorrománicos mantuvieron sus variantes de latín afrorrománico, en el norte de África. Parte de esa sociedad, en Hispania o África, siguió siendo cristiana, los llamados mozárabes, término confuso; pero eso no hace de esos territorios ni un islam cristianizado ni una España musulmana. Al-Andalus fue Dar-al-Islam, territorio cultural, social, política y económicamente musulmán, en la frontera con unos reinos cristianos cuya aspiración era someterlo y recobrar la tierra, como acabaron haciendo.
En qué medida la relación entre los reinos cristianos del norte, Al-Andalus y el resto de la cristiandad y el islam permitió ciertas fases de convivencia y hubiera podido dar lugar, como don Américo hubiera querido, a una España diferente, en la que no se impusiera finalmente una casta, la cristiana, es algo que queda para otro artículo de este cuaderno. Lo que concluye el de hoy es que Al-Andalus no se puede considerar una continuación, con un barniz árabe y musulmán, de la Hispania romana y gótica. El cambio fue mucho más profundo y, además, afectó también a los reinos y territorios cristianos del norte.