Saturday, September 30, 2017

Oda a Espanya. Joan Maragall


El poeta catalán Joan Maragall (1860-1911), casado con una andaluza y padre de trece hijos, expresó en el más reproducido y posiblemente menos entendido -y más manipulado- de sus poemas la necesidad regeneracionista. Es un poema de 1898 en el que se une el dolor por una guerra al final perdida con la necesidad de reinterpretar la historia de España desde la perspectiva de la modernidad. Maragall fue hombre de profunda religiosidad y de formación alemana, por lo que hoy día, desgraciadamente, los profesionales del rencor lo tildarían de fascista. Despide en su poema a la vieja España, cuyos defectos y limitaciones reprocha, desde su punto de vista de español que se siente marginado y desde la esperanza de una España nueva, integradora y comprensiva, en todas sus lenguas. Es un texto desgarrado, que fue difícil de escribir y que sólo se puede leer desde esa perspectiva del desgarro íntimo.
 ODA A ESPANYA                                                  
Escolta, Espanya, – la veu d’un fill
que et parla en llengua – no castellana:
parlo en la llengua – que m’ha donat
la terra aspra:
en’questa llengua – pocs t’han parlat;
en l’altra, massa.
T’han parlat massa – dels saguntins
i dels que per la pàtria moren:
les teves glòries – i els teus records,
records i glòries – només de morts:
has viscut trista.
Jo vull parlar-te – molt altrament.
Per què vessar la sang inútil?
Dins de les venes – vida és la sang,
vida pels d’ara – i pels que vindran:
vessada és morta.
Massa pensaves – en ton honor
i massa poc en el teu viure:
tràgica duies – a morts els fills,
te satisfeies – d’honres mortals,
i eren tes festes – els funerals,
oh trista Espanya!
Jo he vist els barcos – marxar replens
dels fills que duies – a que morissin:
somrients marxaven – cap a l’atzar;
i tu cantaves – vora del mar
com una folla.
On són els barcos. – On són els fills?
Pregunta-ho al Ponent i a l’ona brava:
tot ho perderes, – no tens ningú.
Espanya, Espanya, – retorna en tu,
arrenca el plor de mare!
Salva’t, oh!, salva’t – de tant de mal;
que el plo’ et torni feconda, alegre i viva;
pensa en la vida que tens entorn:
aixeca el front,
somriu als set colors que hi ha en els núvols.
On ets, Espanya? – no et veig enlloc.
No sents la meva veu atronadora?
No entens aquesta llengua – que et parla entre perills?
Has desaprès d’entendre an els teus fills?
Adéu, Espanya!  
 
ODA A ESPAÑA
Escucha, España, - la voz de un hijo
Que te habla en lengua - no castellana:
Hablo en la lengua - que me ha dado
La tierra áspera:
En esta lengua - pocos te han hablado,
En la otra, demasiados.
Te han hablado demasiado - de los saguntinos
Y de los que por la patria mueren:
Tus glorias - y tus recuerdos,
Recuerdos y glorias - sólo de muertos:
¡Una España triste!
Yo quiero hablarte - de otro modo.
¿Por qué verter la sangre inútil?
En las venas - la sangre es vida,
Vida para los de ahora - y para los que vendrán:
Derramada es muerte.
Pensabas demasiado - en tu honor
Y muy poco en tu vivir:
Trágica llevabas - a morir a tus hijos,
Te satisfacías - con honras mortales,
Y eran tus fiestas - los funerales
¡Oh triste España!
Yo he visto los barcos - marchar repletos
De hijos que llevabas - a que murieran:
Sonrientes marchaban - hacia el azar;
Y tú cantabas - cerca del mar
Como una loca.
¿Dónde están los barcos? - ¿Dónde están los hijos?
Pregúntalo al Poniente y la ola brava:
Todo lo perdiste - no tienes a nadie.
España, España, - vuelve en ti,
¡Arranca el llanto de madre!
Sálvate, ¡oh!, sálvate - de tanto mal;
Que el llanto te vuelva fecunda, alegre y viva;
Piensa en la vida que tienes en torno:
Levanta la frente,
Sonríe a los siete colores que hay en las nubes.
¿Dónde estás, España? - no te veo en ningún sitio.
¿No oyes mi voz tonante?
¿No entiendes esta lengua -  que te habla entre peligros?
¿Has olvidado cómo entender a tus hijos?
¡Adiós, España!

El poeta despide a la España vieja y apolillada y espera que sus palabras sirvan para reconstruir una España fecunda, alegre y viva. Ese adiós se dirige a la España de recuerdos y muertos, triste, que en 1898 ha perdido la última guerra y ha olvidado cómo entender a sus hijos. Es el momento de pedir a todos que reflexionen sobre los valores que permanecen de la historia común y la necesidad de dejar de vivir desviviéndose.